¿Cómo desarrollar una estrategia de ESG?

Un contexto global incierto requiere que las empresas, gobiernos y personas nos cuestionemos cómo vamos a entender, abordar y, sobre todo, actuar sobre toda una constelación de factores, desde el desempeño económico, pasando por la digitalización, los sinsabores de la pandemia, y la resiliencia al cambio climático.

Es importante que las empresas se sumen en la construcción de agendas de desarrollo económico e industrial que contemplen la realidad inevitable: el detrimento de los ecosistemas implica el detrimento de las sociedades. En ese sentido, las estrategias de gobernanza social y ambiental (Environmental, Social and Corporate Governance, ESG) cobran una relevancia mayúscula para alcanzar sostenibilidad de largo plazo.

Claves para la implementación de una estrategia ESG

Desarrollar una estrategia de desempeño corporativo socioambiental implica un compromiso activo y transversal de toda la organización. Algunos elementos clave que se deben considerar son los siguientes:

  1. Analizar los impactos: En primer lugar, hay que comprender la materialidad de la empresa: todas las externalidades y efectos que genera la mera existencia de la organización (lo bueno, lo malo y lo feo, especialmente lo feo). Segundo, contar con una comprensión completa del contexto: medio ambiente, sociocultural, panorama político, economía, diversidad e igualdad de oportunidades, perspectiva de género, relaciones laborales y sindicatos.
  2. Comprender el ecosistema: El proceso de toma de decisiones desde corporativo es la parte fácil, comprender realmente cómo las personas, las comunidades, gobiernos locales y los servicios ecosistémicos están vinculados y realmente vivirlo es la única forma en que una estrategia será exitosa. ¿Cómo interaccionan la materialidad y el contexto? Ese es el quid: ser plenamente consciente de eso es el camino a la sostenibilidad.
  3. De la Responsabilidad Social a la Sostenibilidad Corporativa: La única forma de trascender los modelos tradicionales asistenciales es cuando el análisis de materialidad de las corporaciones se vuelve relevante para la toma de decisiones de negocio. Es decir, cuando la empresa comienza a cuidar todo el “ecosistema sostenible” de manera ordenada y simultánea. Desde cómo se gestionan las operaciones, pasando por acciones puntuales de inversión responsable y mitigación de riesgos, hasta la presentación de informes y reportes relevantes para la toma de decisiones.
  4. Gestión y presupuesto: Las buenas ideas deben financiarse con dinero y recursos humanos reales. Estos temas deben ir más allá de la de las áreas de Asuntos Corporativos o de RSC, y ser parte de un proceso activo de la organización: desde la alta dirección, hasta el enlace comunitario y la cadena de suministro. Asegurarse de que todos entiendan cuál es su rol es primordial.
  5. Conoce a tus audiencias: Es importante comunicar tanto interna como externamente que el compromiso es permanente. Más allá del escaparate y el aplauso fácil, es vital transmitir cómo y de qué manera se abordan los temas, se presentan las oportunidades, se gestionan los riesgos, y se impulsan las inversiones responsables a lo largo de la cadena de valor de los procesos de las empresas. Hoy en día, cada vez son más las organizaciones que se suman a la generación de estrategias de sostenibilidad y es importante estar a la vanguardia y dispuestos a compartir y aprender de otras experiencias.
  6. Comprender y sumar estándares globales: Es posible que no se cuente con elementos para aterrizar objetivos de evaluación o que estén disgregados e inconexos, lo cual es muy común. En ese sentido, es vital aprender que existe un ecosistema completo desde dónde se puede comenzar: ODS, Principios de Ecuador, Estándares de desempeño de IFC, Estándares de GRI, directrices de JICA, ISO.

En definitiva, afrontar las exigencias de mercados que consumen bienes y servicios de manera expedita, al tiempo que se demanda un enfoque estratégico de gobernanza corporativa ambiental y social en los procesos de transformación y generación, ya ni siquiera es inevitable, sino apremiante y una obligación.

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Miguel Tovar
Tiene más de 10 años de experiencia asesorando a clientes mexicanos y globales, diseñando estrategias de sostenibilidad socio-ambiental, portafolios de inversión comunitaria y planes de vinculación con actores públicos y gubernamentales.